“En otoño de 1911, se fundó el Club de Rugby de la Universidad Doshisha, que se encontraba cerca del Instituto Sanko, bajo la tutela de Teiichi Sugimoto, que ejercía como entrenador del Sanko desde la primavera del mismo año. Los equipos de la Doshisha y el Sanko establecieron una buena relación bajo la cual entrenaban juntos a menudo e iban mejorando mutuamente. Así, los equipos de rugby de la antigua ciudad de Kyoraku (actual Kioto) fueron creciendo a un ritmo firme. En enero de 1912, la Keio se enfrentó al Sanko y a la Doshisha en su visita al oeste de Japón. Estos dos encuentros causaron mucha emoción entre los jóvenes de Kioto que los presenciaron, y generaron una gran influencia en el porvenir del mundo del rugby japonés. Sobre estos partidos, Shigeru Kayama escribió: “Incentivará a consolidar los sentimientos hacia el rugby de por vida”.” (Extraído de “Historia del Club de Rugby de Sanko”)
“Después de las vacaciones de verano de 1911 y coincidiendo con el comienzo del segundo semestre académico, mi ahora fallecido compañero de clase Morizou Matsuda se convirtió en un apasionado seguidor del rugby escuchando las historias de un jugador del Club de Rugby Football de la Universidad de Keio, que era de su pueblo y a la vez un pariente lejano, sobre las cosas buenas y lo divertido que era este deporte. Morizou Matsuda, nos sugirió entusiasmadamente a practicar rugby a mí, que entonces era capitán del club de fútbol, y a los otros jefes del club. Consultándolo cuidadosamente a mis compañeros de curso, Gojuushirou Wakatsuki y Takeichi Kihara, además de a los jugadores y otros miembros del club, que eran de dos cursos inferiores, como Junnji Oowaki, acordamos entre todos invitar a jugadores de la Keio para que nos explicasen el juego y las reglas del rugby. También nos visitaron a la Doshisha jugadores del Instituto Superior Kioto Daisan, que habían comenzado a jugar al rugby un año antes que nosotros, y a veces íbamos a practicar juntos al patio del Sanko, en Yoshida. Y de este modo, aprendimos a jugar al rugby.”
“Después de las vacaciones de verano de 1911 y coincidiendo con el comienzo del segundo semestre académico, mi ahora fallecido compañero de clase Morizou Matsuda se convirtió en un apasionado seguidor del rugby escuchando las historias de un jugador del Club de Rugby Football de la Universidad de Keio, que era de su pueblo y a la vez un pariente lejano, sobre las cosas buenas y lo divertido que era este deporte. Morizou Matsuda, nos sugirió entusiasmadamente a practicar rugby a mí, que entonces era capitán del club de fútbol, y a los otros jefes del club. Consultándolo cuidadosamente a mis compañeros de curso, Gojuushirou Wakatsuki y Takeichi Kihara, además de a los jugadores y otros miembros del club, que eran de dos cursos inferiores, como Junnji Oowaki, acordamos entre todos invitar a jugadores de la Keio para que nos explicasen el juego y las reglas del rugby. También nos visitaron a la Doshisha jugadores del Instituto Superior Kioto Daisan, que habían comenzado a jugar al rugby un año antes que nosotros, y a veces íbamos a practicar juntos al patio del Sanko, en Yoshida. Y de este modo, aprendimos a jugar al rugby.”