La popularidad del rugby nacional aún se mantenía alta desde los años 40 del Período Showa (años 1965 - 1974). En el rugby empresarial, Nippon Steel Kamaishi vivía su época dorada, consiguiendo en estos 10 años la inexplorada cifra de 7 trofeos nacionales del rugby empresarial y 8 Torneos Nacionales de Rugby Football. La Era Kamaishi se había hecho realidad, siendo encabezada por Shigetaka Mori, Yuuji Matsuo y Kouji Horaguchi, que consiguieron extender numerosas banderas en el Estadio Olímpico de Tokio. Los vencedores del Campeonato Universitario retaban al Kamaishi, pero esa pared no pudo ser derribada, y la diferencia entre el poderío del rugby empresarial y el rugby universitario se fue haciendo más notable.
La popularidad del rugby universitario no se estancaba, y en el año 57 del Período Showa (1982), el Estadio Olímpico de Tokio registra su mayor número de entradas con 69,999 localidades vendidas en un partido entre la Waseda y la Meiji. Por otro lado, la Selección de Japón, que había aumentado su prestigio internacional, siguió jugando partidos con países fuertes, pero el calendario era tan apretado que las fuerzas no acompañaron, y comenzó una época en la que se sucedieron grandes derrotas a nivel internacional.
Dentro de esta vorágine, el único partido que frenó la caída de prestigio de Japón fue contra la temible Gales, a la que llegó a poner contra las cuerdas 24 – 29, en una expedición realizada en octubre del año 58 del Período Showa (1983).
Fue una época de ensayo y error en la que se sentía más falta de capacidad que éxito, con un calendario cada vez más apretado, con expediciones e invitaciones a los países más fuertes, el Campeonato Asiático de Rugby, las expediciones para el fortalecimiento de la Selección de Japón A o la Selección de Secundaria Superior, entre otros.
La popularidad del rugby universitario no se estancaba, y en el año 57 del Período Showa (1982), el Estadio Olímpico de Tokio registra su mayor número de entradas con 69,999 localidades vendidas en un partido entre la Waseda y la Meiji. Por otro lado, la Selección de Japón, que había aumentado su prestigio internacional, siguió jugando partidos con países fuertes, pero el calendario era tan apretado que las fuerzas no acompañaron, y comenzó una época en la que se sucedieron grandes derrotas a nivel internacional.
Dentro de esta vorágine, el único partido que frenó la caída de prestigio de Japón fue contra la temible Gales, a la que llegó a poner contra las cuerdas 24 – 29, en una expedición realizada en octubre del año 58 del Período Showa (1983).
Fue una época de ensayo y error en la que se sentía más falta de capacidad que éxito, con un calendario cada vez más apretado, con expediciones e invitaciones a los países más fuertes, el Campeonato Asiático de Rugby, las expediciones para el fortalecimiento de la Selección de Japón A o la Selección de Secundaria Superior, entre otros.